
Sandro Botticelli es un temperamento artístico profundamente sensible y apasionado. Lejos de la inexpresión y rigidez de que a veces peca Ghirlandaio, la emoción guía su dibujo nervioso, agita los cuerpos de sus personajes y se desborda en sus rostros, expresivos y cargados de pesimismo.
En el Nacimiento de Venus trata de reconstruir una pintura perdida de Apeles, descrita en una poesía de Poliziano. Inspirándose probablemente en la Venus de Medicis, su propio sentido de belleza, totalmente diferente, la dota de una cabellera espléndida que aspira a ser velo de oro impulsado por la brisa que arquea suavemente su cuerpo. Para algunos, el modelo ha sido Simonetta, la amiga ede Lorenzo el Magnífico, nacida en el Porto Venere, lugar donde la diosa toma tierra al nacer.”
En el Nacimiento de Venus trata de reconstruir una pintura perdida de Apeles, descrita en una poesía de Poliziano. Inspirándose probablemente en la Venus de Medicis, su propio sentido de belleza, totalmente diferente, la dota de una cabellera espléndida que aspira a ser velo de oro impulsado por la brisa que arquea suavemente su cuerpo. Para algunos, el modelo ha sido Simonetta, la amiga ede Lorenzo el Magnífico, nacida en el Porto Venere, lugar donde la diosa toma tierra al nacer.”
BIOGRAFIA
Su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi. Fue uno de los pintores más destacados del renacimiento florentino. Desarrolló un estilo personalísimo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la fuerza expresiva de sus líneas.Botticelli, hijo de un curtidor, nació en Florencia. Fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea y también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio. Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Médicis, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici (1475-1476, Galería Nacional de Arte, Washington, D.C.). La adoración de los Magos (1476- 1477, Galería de los Uffizi, Florencia) no fue encargo de los Médicis pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia.
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